Con solo 51.100 km2 de extensiòn terrestre, apenas el 0.03% de la superficie del planeta, Costa Rica alberga el 6% de todas las formas de vida que habitan La Tierra. Hasta el momento, en este pequeño territorio, se han identificado màs de 9 mil especies de plantas, 850 de aves, 200 mamìferos y unas 35 mil de insectos... Y seguimos contando.
¿Por qué semejante diversidad biológica concentrada en tan reducido espacio? Como si de un milagro de la naturaleza se tratara, en Costa Rica coincidieron múltiples factores geofráficos y climatológicos que crearon las condiciones ideales para que plantas y animales de muy distintas regiones del continente pudieran establecerse.
Hace aproximadamente 200 millones de años, en el transcurso del periodo Jurásico, la actividad volcánica submarina y los movimientos de placas tectónicas de Cocos y Caribe hicieron emerger una serie de islas a la superficie de lo que entonces era el estrecho marítimo que dividía las grandes masas continentales de Norteamérica y Sudamérica.
A partir de estas islas se formó un istmo que conectó el norte y el sur del continente, permitiendo que con el paso de los años especies animales y vegetales ampliaran sus rangos de distribución hacia el sur y hacia el norte, utlizando el istmo como puente de paso. En el segmento sur de este istmo, entre Nicaragua y Panamá, el Pacífico y el Caribe, se encuentra Costa Rica.
En este pequeño territorio, la humedad que entra desde sus dos costas queda atrapada en un sistema montañoso que recorre el país cual columna vertebral. Esto permite la existencia de una red hidrográfica enorme, que desagua los excesos de humedad de las altas montañas pro medio de miles de quebradas, riachuelos y ríos. Estos a su paso alimentan innumerables lagos, lagunas permanentes, pantanos y tierras de inundaciones estacionales, hasta finalmente verter en los mares las aguas que robaron a las nubes; llevando así hasa los ecosistemas marinos los nutrientes que arrastraron desde los bosques.
Además, las diversas altitudes a las que se elevan estas montañas y sus formas particulares determinan la cantidad de humedad que capturan y la temperatura a la que lo hacen. Cada posible combinación de estos factores crea condiciones muy específicas bajo las cuales se desarrollan las diversas zonas de vida, que van desde las llanuras re-desérticas del bosque seco, en el Pacífico Sur, hasta el frío páramo - por encima de los 3.200mts, pasando por el mágico bosque nuboso, el cálido y húmedo bosque lluvioso y los bancos coralinos.
En ellos habitan formas de vida maravillosas: diminutos colibríes iridiscentes, mariposas multicolores, aves veneradas como dioses, felinos que aún llevando el sol como la piel se hacen uno con las sombras, árboles que acarician a las nubes, criatuas marinas de dimensiones titánicas. . .
Todo este patrimonio natural que ha sido puesto bajo tutela de los costarricenses, está protegido mediante un sistema de áreas de conservación que se extiende por todo el país, preservando cerca del 26% del total de nuestro territorio en estado silvestre.
Esta riqueza está aquí para que todos la admiremos y aprendamos a pareciarla; acérquese a disfrutarla en nuestros parques nacionales, reservas biológicas y refugios de vida silvestre, se va a maravillar.
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