En otros tiempos tal vez hubiéramos preferido llamarlos ‘ayudas de cámara’. Hoy están de moda los guardaespaldas (“Persona que acompaña asiduamente a otra con la misión de protegerla”, define el DRAE). Es hora de aclarar que nos referimos al adverbio , guardaespaldas del verbo.
Obviamente nos hemos situado en un plano puramente tropológico, es decir, estamos hablando en sentido figurado, y muy figurado. Los adverbios acompañan al verbo (a veces también al adjetivo o a otro adverbio ) con el objetivo de modificarlo con una serie de situaciones circunstanciales: lugar, tiempo, modo, cantidad, afirmación, negación, duda...
Atrás y detrás , por ejemplo, son adverbios en cuyo uso surgen frecuentes dudas. La diferencia básicamente estriba en que atrás indica dirección hacia y, por consiguiente, se construye por lo general con verbos de movimiento: “Volvió atrás ”; “Se dirigió atrás ”. En casos como “quedarse atrás ”, que parecieran desvirtuar lo dicho, hay una idea implícita de movimiento pues “se queda atrás” el que avanzaba y se rezaga. Por el contrario, detrás indica lugar o posición en y se construye con verbos de reposo: “Estar situado detrás ”; “Lo colocó detrás ”. Obsérvese la diferencia entre “quedarse atrás ” (rezagarse quien iba avanzando) y “quedarse detrás ” (situarse o colocarse al fondo de un lugar). Detrás puede preceder a la preposición de y formar la locución detrás de : “Estar detrás de la puerta”; “Ir detrás de los demás”. Atrás , en cambio, no produce correctamente esta frase con de , aunque con cierta frecuencia escuchamos un atrás de , considerado vulgar por los entendidos. Son también inaceptables –aunque muy extendidas entre personas de poca cultura– las expresiones detrás mío , detrás suyo , etc., en lugar de detrás de mí , detrás de él , etc. Atrás , como adverbio de lugar o de tiempo, puede posponerse a ciertos sustantivos: “marcha atrás ”, “meses atrás ”...
Es posible que la misión de guardaespaldas del adverbio no sea exactamente proteger la integridad verbal, que nunca va a estar en peligro. Más bien, su función es complementar la plena vigencia y expresividad del verbo, alma de la oración.
filólogo
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