Nos comemos las tildes ¡cómo sea, cuándo sea!, todos en general, incluidos estudiantes universitarios.
Errores ortográficos existen, pero las tildes son las favoritas, según he logrado comprobar en un par de cuatrimestres como profesor. En honor a la verdad, en los periódicos no estamos exentos de más de un horror de colección.
Los muchachos de hoy, pueden culpar al “Messenger” y a los mensajes de texto telefónicos. Exigen ser breves y veloces, aunque a costa de comerse letras y hasta palabras, ni que decir de las insignificantes tildes.
Quizás no esté mal volver a “Paco y Lola”. Otra opción sería enviar un mensaje de texto a la Real Academia: ¿Para qué tildes?
Si las tildes tuvieran calorías, serían como la comida chatarra.
Al Día, 01 de setiembre, 2009
Pido la palabra
Antonio Alfaro, Periodista
Imposter Syndrome is Robbing the F*ck Out of Us All
Hace 2 años.
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