Escazú celebra a San Antonio con bueyes.Unas 150 yuntas de bueyes con sus dueños, primos, tíos, vecinos, novios y amigos de todo el país se reunen cada 14 de junio en Escazú para celebrar el día de San Antonio.
La actividad se incia en las cercanías del parque de Escazú, donde se dispone una larga cola de animales que captura la atención, pero que obstruye el paso de autos, buses y transeúntes.
Desde allí comienza el recorrido a pie hasta San Antonio de Escazú; en total, es un trayecto de unos dos kilómetros.
Durante el recorrido, la estampa fue muy pintoresca. Entre los boyeros destacan los jeans , botas de cuero y sus respectivos sombreros. No faltan los chonetes ni las meriendas de gallo pinto con tortilla palmeada y fresquito de limón, ni los piropos y bromas picarescas.
Era toda una experiencia sensorial. A su alrededor es imposible dejar de escuchar los refranes y cánticos improvisados de los boyeros, así como los rezos de quienes cargaban a la Virgen del Perpetuo Socorro “para que se encontrara con San Antonio”, según doña Flor Corrales, de Salitrillos.
Se hace evidente el paso del desfile pues la calle queda silenciosa y desolada –todo el mundo se va detrás del desfile–.
“Hacemos el desfile porque pensamos que es importante conservar la tradición; esto solo se logra si las personas lo tienen presente”, dice el boyero Pablo Leiva, quien desde las 5 a. m. esta bañando y enyugando a sus animales.
Nadie supo explicar cuál es la relación entre el desfile de boyeros con sus carretas y San Antonio. “Nosotros celebramos todo con desfiles, como se hacía antes. No hay una razón específica”, reconoció Elías Marín, contador de profesión que organizó la actividad.
Entre los participantes de ayer había yuntas de Hojancha (Guanacaste), así como de Tierras Blancas de Cartago, Atenas y Puriscal.
“Esto es muy lindo. Hace gracia que tanta gente se reúna un domingo cualquiera a desfilar. En mi país no había visto nada así”, dijo una turista alemana Blanka Friedrich.
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